Raymundo Ibáñez del Castillo.
Cclomo ha ocurrido desde hace casi ya 45 años ininterrumpidos, más de un millón de educandos, entre niños, adolescentes y jóvenes que cursan estudios del nivel básico, pero también de educación media superior en el estado de Oaxaca, se quedarán sin clases, otra semana más.
Los dos primeros días de esta semana que transcurre, es decir, lunes y martes, la suspensión de clases, fue «por disposición oficial» y las 72 horas siguientes, a partir de este miércoles, por el paro nacional, orquestado por la CNTE y secundado en la entidad, por la sección 22 del SNTE, que encabeza Jenny Araceli Pérez Martínez, profesora de educación indígena de la etnia Ayuuk o MIxe.
Las clases se suspendieron el lunes 17 de marzo, «por disposición oficial» establecida en el calendario escolar de, supuestamente, 190 días, vigente para el ciclo escolar 2024-2025, que inició el 26 de agosto del año pasado, hace ya casi 7 meses; y que terminará en 4 meses más, el 16 de julio.
Y como para suspender clases en forma «oficial», y ni se diga, por cuestiones sindicales, los pretextos sobran y el martes18 tampoco hubo clases en muchas de las escuelas de educación básica, donde los directivos y maestros, inventaron lo que mejor se les ocurrió y en el nivel de educación media superior, como es el caso del CBTIS 26, argumentaron «programar la primera reunión académica local», dejando la deriva a los estudiantes durante toda la semana, porque los tres días restantes serían de paro orquestado por la sección 22 del SNTE.
De, tanto para los educandos como para la entidad oaxaqueña, este tipo de suspensiones de clases, paros y la serie de movilizaciones que lleva a cabo la sección 22 del SNTE en estos días, provoca daños irreversibles a la educación y, efectivamente, afecta directamente a la población escolar.
Por las constantes suspensiones de clases, durante casi medio siglo, entre otros factores como económicos y sociales y la migración, entre otros, Oaxaca se ubica en el vergonzoso penúltimo lugar a nivel nacional en educacion, solamente por encima de Chiapas, rezago educativo que no han podido abatir los gobiernos estatales de los últimos tiempos, sin superar el grado promedio de escolaridad, ni tampoco el analfabetismo y los altos índices de abandono escolar y deserción.
En medio de este panorama nada halagador para la educación en Oaxaca, la sección 22 del SNTE, integrada por más de 80 mil trabajadores de la educación, inició este miércoles la suspensión de clases por 72 horas, sin importarles el destino inmediato y el futuro de más de un millón de educandos, aunado al daño irreversible que han ocasionado en el desarrollo educativo de millones y millones de niños, adolescentes y jóvenes, a lo largo de casi medio siglo, generación tras generación, desde el primero de mayo de 1980.
A punto de que se cumplan 45 años ininterrumpidos del autodenominado «Movimiento Democrático de Trabajadores de la Educación en Oaxaca (MDTEO), el próximo primero de mayo, los más de 80 mil trabajadores, afiliados a la sección 22 del SNTE, durante todo ese tiempo, además del daño irreversible a la educación, con suspensiones de clases, han realizado una serie de movilizaciones en forma constante, entre las que destacan asalto a oficinas gubernamentales, bloqueos carreteros, plantones en terminales de autobuses y calles céntricas, tanto en poblaciones de las diferentes regiones de la entidad como de la ciudad de Oaxaca.
No conformes con todo esto, todavía amenazan con realizar más suspensiones de clases en los próximos días y hasta un paro por tiempo indefinido, previo al primero de Mayo, fecha en la que acostumbran presentar el pliego petitorio a los gobiernos estatal y federal.
