NUEVO CARTEL22

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Por Felipe Sánchez

La nueva relación del gobierno federal con los capos del cartel 22 necesariamente está provocando una metamorfosis de tipo político al interior de esta organización. La llegada a la presidencia de la República de su principal mecenas y dada las concesiones políticas que les ha dado, los obliga a la lealtad por no decir sumisión total. Esto último desdibuja el carácter combativo que tuvo mientras apoyó al candidato AMLO durante 18 años.

Otro cambio notorio es que el dirigente formal Eloy López Hernández y su estado mayor, favorecidos con asignaciones exclusivas, están supeditados hoy a la institucionalidad o mejor dicho a la “lealtad ciega” que exige AMLO lo que antes no ocurría. Por eso su relevo no será pronto.

Algunos ya quieren verlo fuera de la Secretaría General, pero este conoce bien su nueva circunstancia y se aferra al poder. “Me voy hasta que la pandemia lo permita” dice este capo que no puede negar que el covitt19 le vino “como anillo al dedo”.

Atacar sistemáticamente a las instituciones y presionar con acciones de violencia callejera eran su modus operandi. Se ofrecían cual Chapulín Colorado a todo el que les pidiera ayuda, hasta criminales y violadores. Eso les redituaba mucho dinero y privilegios.

Apegados a esta dinámica surgieron muchas tribus del magisterio, entre ellas la UTE propiedad de Gerardo Vargas Garfias. Es uno de los grupos más radicales que, por lo mismo, encarecía sus servicios al gobierno. Solo como un botón de muestra: en este momento le están recordando que cobraba cien mil pesos mensuales del gobernador Ulises Ruiz; que también compartió con el capo mayor Enrique Rueda Pacheco los multimillonarios embutes que arrancaron al mismo URO ¿Recuerdan aquellos videos que grabaron a los “impolutos” líderes de la 22 recibiendo cajas repletas de billetes?

Eso ha cambiado. Ahora es la supeditación al presidente AMLO los que más reditúa a los de la directiva formal. Los distintos grupos magisteriales que en el 2006 surgieron como cucarachas en estufa vieja, hoy se sienten marginados de las canonjías. Esto causa el resquebrajamiento del cartel22 y hace surgir grupos inconformes que no permiten a los directivos disfrutar a plenitud el poder que les da dinero y hasta la facultad de agandallarse candidaturas del Morena. Todo esto es combustible para las discrepancias en las tripas del Cartel22.

CARNICEROS DE AYER

El golpeteo entre la dirigencia formal y los jefes de las distintas tribus hace ver en este sindicato que más bien parece partido político, que “los carniceros de ayer son las reses de hoy”. Es decir, así como entre la masa informe los grupos del magisterio agredían, secuestraban, marginaban, hoy surgen grupos como la UTE que se dicen marginales y hasta se victimizan ¿de qué? De que no les toca su tajada del gran pastel.

Dado que el gobierno federal ya no les permite alborotar en las calles ahora enfocan sus baterías contra sus propios dirigentes. A eso se debe la marcha que organizaron el Día del Maestro, a espaldas de la dirigencia.

Rogelio Vargas Garfias quien escribía un libelo con el mote de Ricardo Rojo en el periódico azul que ahora rinde pleitesía al partido Morena por lo que ya no le publican, se quiso brincar las trancas.

Antes del pasado día 15 se unió con el “Charro negro” Rodrigo Arias para auto-designarse delegados del cartel22 al 14 congreso de la CNTE en Chiapas. La coordinadora que ahora es sumisa, los rechazó. No los aceptó como delegados por lo que no les dio voz ni voto. Solo asistieron como figura decorativa. Qué patética sumisión de los carniceros de ayer.

Con el dueño de la UTE se han unido comandantes de otras tribus del magisterio como Wilbert Santiago que, igual, no quiere que Eloy López Hernández se atragante todo el pastel.

Pero como los dirigentes formales de la 22 no están mancos, en este momento están alebrestando a sus seguidores para que al revoltoso dueño de la UTE le apliquen el principio rector 20 es decir, que le corten la lengua para que no siga provocando la purga en las tripas del cartel22.

PAR DE MAFIOSOS

La añoranza por el dinero que antes recibían a manos llenas une a Rogelio Vargas con el vocero del cartel22 Wilbert Santiago. Eso les permitió urdir una serie de violentas movilizaciones callejeras. Olvidaron que hoy ya les pusieron bozal.

Como instrumento usaron a los jóvenes normalistas que se atrevieron a golpear a los mismos compañeros reporteros que cubrían su desmadre. De tan agresivos olvidaron la libertad de expresión. Lesionaron y robaron a varios periodistas y luego se fueron a refugiar a la DDHO donde hubo algo insólito: Los defensores de Derechos Humanos arroparon y prestaron sus instalaciones a los agresores de la Prensa.