FELIPE SÁNCHEZ CRUZ
04 de marzo 2025
SE ACERCA EL MES de mayo y como siempre los maestros de la Sección 22, o mejor dicho los líderes magisteriales, ven en este mes la oportunidad de llevarse una tajada subrepticia de recursos a cambio de “detener” las movilizaciones propias de la temporada y para que, como cada año, los mentores aumenten sus ingresos y conquistas laborales, claro sin que haya a cambio una mejora en la calidad educativa.
EN 2006, este chantaje social la vimos de manera más virulenta, pues un magisterio tirado cada vez más a la holganza y con líderes cada vez más rapaces (a niveles inconmensurables) hacían de nuestro Centro Histórico un enorme dormitorio y hediondo baño público, exigían varias decenas de millones de pesos al entonces gobernador ULISES RUIZ (se habla de 150 millones de pesos) para detener sus “artificiale$” protestas.
SIN EMBARGO, URO quiso frenar de cuajo estas prácticas y perpetró incluso un fallido desalojo policíaco que aprovecharon; las organizaciones sociales extorsionadoras más extremistas (que temían perder los 400 millones de pesos anuales que de manera “tradicional” les había dado el gobierno estatal); un exgobernador; grupos políticos a escala estatal y federal, para generar uno de los períodos (con tilde, a la antigua usanza) de más inestabilidad e ingobernabilidad que se haya vivido desde entonces.
HASTA los maestros en aquel momento (2006) vieron suspendidos sus religiosos pagos quincenales pues la intención ulisista era dejar atrás esa práctica insana de privar a los niños de su derecho a la educación (medida de presión de los ambiciosos líderes magisteriales). En aquellos años, la cabeza de la sección 22 era ENRIQUE RUEDA, un dirigente que terminó cómodamente viviendo en maravillosos países del primer mundo.
NO POR CASUALIDAD, vemos nuevamente a los maestros encabezados hoy por ARACELY PÉREZ, queriendo seguir la redituable inercia de golpear con la izquierda para cobrar con la derecha, práctica muy familiar también para enorme parte de los que hoy forman parte de la “Marchita Primavera” ¿O ya se les olvidó a estos de dónde vienen?
LA DECLARACIÓN magisterial de “alerta máxima”, con nuevos paros de labores, más movilizaciones –so pretexto de presionar ilusamente para frenar los cambios a la ley de ISSSTE que supuestamente les elevará sus aportaciones a este sistema de seguridad social (como si recibieran un servicio médico danés), o de abrogar la reforma educativa peñista que les hizo perder tantas canonjías– no es otra cosa que, aprovechar la coyuntura que les permite fortalecerse en las negociaciones del pliego petitorio magisterial de este año en que hay, OJO, elecciones “judiciales”, prueba de fuero para el jarismo.
CLARO y ¿quién pagará el pato? Como siempre será la ciudadanía, las empresas, los estudiantes sin clases, NO el gobierno.
EL SALTO DEL CHAPULÍN
A NUESTRAS redes un lector comparte un escrito dirigido al edil de iure (no de facto) Raymundo Chagoya, en éste, se lee la denuncia contra Carlos Facundo Alcocer, secretario de Obras Públicas y Desarrollo Urbano de este gobierno municipal por presuntos actos de corrupción.
AL SECRETARIO (y a otro par de funcionarios; Geovanni Díaz Aldeco y José Cástulo Castellanos) el denunciante los señala de pedir dinero a constructores contratados en la pasada administración ¿Cuál es la razón? Para que puedan terminar las obras pendientes o para que el “gobierno” chagoyista no les rescinda sus contratos (por pretextos para esto no hay límites) o incluso para que les puedan liberar pagos pendientes (en el caso de obras concluidas).
A DECIR del denunciante, tanto Díaz como Castellanos son los intermediarios que contactan a los responsables de las empresas contratadas y concretar estas lindezas.
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