LA TARDE DEL JUEVES, alrededor de las 14 horas, una fuga de gas, con gran escándalo y fortísimo olor, desató la alerta de los vecinos.
EL GAS del cilindro se escapaba de una válvula y se había convertido potencialmente en una bomba que con cualquier mínima chispa hubiera provocado un incendio o una explosión desatando muertes, por fortuna, la oportuna intervención humana, aunque inexperta, controló la situación.
HUBO varias llamadas a emergencias de distintos vecinos pidiendo la intervención del cuerpo de bomberos; sí hubo respuesta al teléfono y sí dijeron que acudirían al lugar,: NO OBSTANTE, estos brillaron por su ausencia, hasta entre los grupos de una red social a la que se integraron los vecinos llegaron los siguientes comentarios:
“EN LAS NOTICIAS hablan de una explosión en la colonia Lázaro Cárdenas (San Martín Mexicapan)”, afirmaban los vecinos al tiempo que preguntaban dónde había sido y qué había pasado.
MIENTRAS hasta los vecinos ya sabían del suceso; del otro lado, la respuesta del área de atención de emergencias jamás dio seguimiento al asunto, los bomberos ni se asomaron (acaso como en ocasiones anteriores ¿no tenían agua? ¿No tenían combustible sus unidades de apoyo? ¿A qué vino esa falta de respuesta? Estamos en manos de la negligencia de nuestras autoridades. ¿Necesitan grandes tragedias para revertir el sopor que envuelve a su proceder? Las gaseras y Protección Civil Municipal y estatal, tendrán además que programar una revisión exhaustiva a cilindros y tanques estacionarios si no quieren sorpresas desagradables.
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