Por Cipriano Miraflores
Cuando uno elabora o emite un discurso se cuida el mínimo detalle, como el contexto, el uso de los conceptos, para quién es el mensaje, para qué, por qué, su contenido de valores y principios.
Al leer el discurso de Claudia Sheinbaun al recibir su constancia de Presidenta electa de México observamos cuestiones preocupantes para el desarrollo político de nuestro país, tales como su subordinación al Peje, sigue el patriarcalismo político; seguir mintiendo, la posverdad llegó para quedarse; su desprecio por las oposiciones, impolitica la mujer; al querer empoderar a la mujer, ignora que en ellas existen las clases sociales; sigue el discurso de odio contra el antiguo régimen, culpandolo de todos los males del país.
Así, el discurso tuvo un destinatario principal: el Peje. Incluso declararlo el mejor Presidente de México. Por Dios, antes de las elecciones presidenciales Fox tenía 66 % de aceptación, Calderón el 64% , AMLO el 58% de acuerdo al Financiero. Ni comparación con los presidentes oaxaqueños.
Una tesis: distanciar la labor del gobierno a la labor del partido, algo positivo, pero dista de ser verdad. Pero démosle el beneficio de la duda.
Así las cosas, en vía de mientras sean rabiosamente felices.
Bahni
