Detrás de la noticia: Anarquía municipal, violencia, corrupción y abusos de poder

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Alfredo Martínez de Aguilar

En mayor o menor medida, pueblo y gobierno somos corresponsables, uno por apatía y silencio cómplice por cobardía y, otro por ineptitud, omisión, negligencia y complicidad, al no aplicar la ley.
El creciente proceso de descomposición ético, moral y legal, se refleja cotidianamente en las arbitrariedades e injusticias de las corporaciones de la Policía Municipales Preventiva y Vial.

Una vez más la terca realidad que siempre termina por imponerse confirma que siempre que estemos mal podemos empeorar. La falta de respeto a la ley pudre a Oaxaca y a México todo.

La anarquía es la principal fuente de riqueza mal habida desde el poder en general, pero de manera particular en los municipios, a través de la corrupción, violencia y abusos de poder.

En mayor o menor medida, pueblo y gobierno somos corresponsables, uno por apatía y silencio cómplice por cobardía y, otro por ineptitud, omisión, negligencia y complicidad, al no aplicar la ley.

El creciente proceso de descomposición ético, moral y legal, se refleja claramente en las cotidianas arbitrariedades e injusticias de las corporaciones de las Policías Municipales Preventiva y Vial.

Resulta harto condenable que las instancias legales que debieran sancionar enérgicamente la corrupción, violencia y los abusos de poder de las autoridades municipales, no lo hagan.

Persiste la nefasta práctica viciosa del pasado que no ha terminado de irse, al solapar la corrupción y garantizar impunidad a las autoridades municipales del partido Morena actualmente en el poder.

Son responsables de la impunidad en la corrupción y las arbitrariedades de las autoridades municipales la Auditoría Superior de Fiscalización, el Congreso y la Fiscalía General del Estado.

Especial responsabilidad resulta a la Secretaría de Gobierno, encargada de la política interior del estado y, por tanto, de garantizar la gobernabilidad con prioridad en materia de seguridad.

Al mal ejemplo sentado como precedente negativo de los abusos policíacos en los municipios de Santa Cruz Amilpas, San Sebastián Tutla, Santa Cruz Xoxocotlán, se suma San Antonio de la Cal.

La orgía de sangre por la imparable violencia muestra una nueva faceta con el probable envenenamiento de al menos 15 perros, suceso ocurrido en Nochixtlán, en la región Mixteca.

La Fiscalía General del Estado (FGEO) inició una carpeta de investigación por el delito de privación de la vida de un animal vertebrado y crueldad animal, para investigar los condenables hechos.

Otra cara de la corrupción, abuso de poder y violencia en los municipios oaxaqueños es la intolerancia religiosa traducida en la quema de un templo evangélico en la zona Mixe de Oaxaca.

Lamentable y dolorosamente San Isidro Arenal, San Juan Lalana, Mixe, no es el único caso de violencia religiosa, también existe en San Juan Yaeé, San Juan Yatzona y San Andrés Solaga.

A los conflictos religiosos en la Sierra Juárez se suma en Valles Centrales, San Antonio Huitepec, Zaachila, y la agencia municipal capitalina de Santa Rosa Panzacola; 14 activos de 27 en total.

El desvío de recursos y peculado afecta el pago de impuestos y obliga al SAT a requerir a algunos presidentes municipales, como ocurre con José Luis Salvador Martínez, de Zimatlán de Álvarez.

Las inconsistencias en obligaciones de pago de las retenciones del Impuesto Sobre la Renta en las declaraciones de 2018, 2019, 2020, 2021, 2022 y 2023 y créditos fiscales suman $5,576,661.00.

alfredo_daguilar@hotmail.com director@revista-mujeres.com @efektoaguila