Alfredo Martínez de Aguilar
¡Justicia a mujeres! Gran pendiente del Gobierno
* Resulta condenable que desde el año pasado Oaxaca se siga ubicando en el segundo lugar a nivel nacional en feminicidios, con más de diez casos en cada mes de los primeros cien días de gobierno.
* La injusticia por impunidad no justifica, por supuesto, que activistas y milicianas de organizaciones feministas, radicales y radicalizadas destruyan el patrimonio de las ciudades y de los particulares.
Uno de los mayores pendientes de la cuarta alternancia en la presidencia de la República, en la Cuarta Transformación, es indiscutiblemente la falta de justicia para con las mujeres mexicanas.
De nada sirvió el surgimiento de la esperanza de cambio con el arribo del PAN a la presidencia, con Vicente Fox y Felipe Calderón, menos con el retorno de los brujos del PRI con Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, nunca como ahora, las mujeres están en el peor abandono y reciben el maltrato cotidiano del gobierno federal de Morena con Andrés Manuel López Obrador y 22 gobernadores.
Con actitud claramente machista, producto de su cultura patriarcal, el presidente López Obrador no tiene la menor empatía con las mujeres, a pesar de usarlas políticamente en su gobierno.
Frecuentemente, habla desde el púlpito de la mañanera de respeto a la equidad de género y hasta presume de impulsar la paridad en su gabinete legal y ampliado, pero no hay justicia hacia ellas.
Entre los más de 130 mil muertos en México por la creciente inseguridad y cada vez más brutal violencia, cada día son asesinadas once mujeres mexicanas, más las mujeres desaparecidas.
A ellas hay que sumar los miles de mujeres y niñas sin tratamiento ni menos medicamentos contra el cáncer porque se regatean los recursos autorizados en el subejercicio del presupuesto federal.
Así lo prueban los hechos y ante estos no hay pretextos que justifiquen lo injustificable. La terca realidad finalmente termina por imponerse y exhiben desnudos a los gobernantes en sus miserias.
Estos últimos cotidianamente actúan como huérfanos, al olvidar que tienen madre, abuelas, además que forman parte de familias integradas por hermanas, sobrinas, esposa, hijas y amigas.
Y si la cruel realidad que enfrentan las mujeres a nivel nacional es alarmante, no lo es menos la situación que viven y sufren a nivel estatal. Hasta ahora no han servido las buenas intenciones.
Es indispensable pasar del simple papel en los planes y proyectos de las políticas públicas diseñadas a la fecha a las acciones que se concreten en resultados evaluables en los hechos.
Pero ante todo, es urgente de extrema necesidad reorientar las políticas públicas estatales en materia de combate a la violencia contra las mujeres por razón de género con un enfoque integral.
Es inexplicable que el gabinete de seguridad estatal no investigue y confirme, con apoyo federal, el consumo masivo de la droga “cristal” como detonante de la violencia contra las mujeres.
Los funcionarios de los tres órdenes de gobierno participantes en las Mesas de Construcción de Paz y Seguridad son omisos, negligentes o cómplices en el combate al consumo de “cristal”.
Es imperativo que especialmente en Oaxaca el gobierno del ingeniero Salomón Jara Cruz convierta en realidad el resurgimiento de la esperanza, una vez más, en la llamada Primavera Oaxaqueña.
Será un crimen de lesa humanidad que pueblo y gobierno sigamos aceptando que continúe la orgía de sangre, asesinando, desapareciendo y feminizando a decenas de mujeres oaxaqueñas.
Resulta condenable que desde el año pasado Oaxaca se siga ubicando en el segundo lugar a nivel nacional en feminicidios, con más de diez casos en cada mes de los primeros cien días de gobierno.
Con los dos últimos asesinatos de Edith y Lidia en Oaxaca, en vísperas del Día Internacional de la Mujer, suman 38 feminicidios en los cuatro primeros meses de gobierno de Salomón Jara Cruz.
La injusticia por impunidad no justifica, por supuesto, que activistas y milicianas de organizaciones feministas, radicales y radicalizadas destruyan el patrimonio de las ciudades y de los particulares.
Las mujeres que protestan enérgica y pacíficamente ejerciendo su derecho a la libre manifestación deben tener cuidado con estas acciones porque pueden ser provocaciones para generar represión.
@efektoaguila