COLETAZOS

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Por Felipe Sánchez

Escaparate Político

Los rescoldos del 2006 vuelven a echar chispas y crean zozobra en nuestra sufrida ciudad tan mal gobernada por un beodo presidente municipal insaciable como es Oswaldo García Jarquín. Ayer, apenas vieron la brutal embestida de los provocadores que se dicen normalistas, los policías municipales tocaron la retirada. Se fueron a refugiar dejando a la ciudadanía a merced de los vándalos que lapidaron una veintena de negocios.

Estos sucesos muestran la iniquidad de la mala política esa que lejos de procurar el bien común, se ha convertido en la eterna manzana de la discordia.

La nueva escalada de violencia enseña que nada detiene a los perversos políticos en pos del poder. El vandalismo impune que padeció ayer la ciudad advierte que la lucha arrecia.

LO QUE VIENE

Menciono otros devenires que amenazan con romper la paz pública.

1.- La lucha por la sucesión gubernamental cuya puja arreciará tan luego pasen las elecciones de junio próximo.

2.-  El rompimiento al interior del cartel22 donde la dirigencia formal y las distintas tribus se disputan el control político de esta organización sindical. La efervescencia se inició ayer en el auditorio magisterial con gritos y sombrerazos en una asamblea sin fin que no augura nada bueno. Han empezado con usar a los normalistas, seguirán con los trabajadores de la educación. Por la hegemonía en el cartel 22 compiten los de la directiva formal que encabeza Eloy López Hernández frente a Wilbert Santiago y Rogelio Vargas dueño de la tribu UTE. Haciéndoles comparsa va Javier Aluz Mancera regenteador de la banda del Sol Rojo. Estos dos avariciosos suspiran por los tiempos idos de la asonada 2006 donde obtuvieron dinero a carretadas y muchas concesiones. En lo mismo andan carroñeros como el comandante del FPR Germán Mendoza Nube. Todos movidos por Salomón Jara y su camarilla de incendiarios encabezados por Flavio Sosa.

3.- Son de alto riesgo los coletazos derivados de los tristes acontecimientos por la desaparición forzada de la activista mexicana-inglesa Claudia Uruchurtu. De este hecho es señalada como principal responsable la que era presidente municipal Morenista de Nochixtlán, Lizbeth Victoria Huerta.

Son ingredientes de alta explosividad política, pero el que apuntamos en el último rubro resulta crucial para algunos grupos de interés. Sus repercusiones políticas han pinchado la carrera política del senador Salomón Jara Cruz. Andaba tan seguro de ser el “tapado” para la sucesión gubernamental cuando surge el tropiezo Nochixtlán que parece enloquecerlo.

TIEMPO DE ZOPILOTES

No sé qué pretendan negociar Salomón Jara y su clan  cuando su proyecto político parece que murió cuando desapareció Claudia Uruchurtu.
Una fuente confiable reveló que sus ligas con la edil de Nochixtlán, son realidad. La Fiscalía anticorrupción pidió a la UIF y a la CNBV rastrear varios millones de pesos desviados de la cuenta de la tesorería municipal de Nochixtlán cuyo destino final pudieron ser personas y cuentas relacionadas con el citado senador. De probarse estos señalamientos, el golpe será letal.

Iba tan de prisa con sus amarres y connivencias que se fue de bruces y ahora reacciona colérico. A eso obedece que su nombre esté siendo ligados a la escalada de violencia callejera que han desatado los normalistas usados como “tontos útiles” (Los tontos útiles piensan que están defendiendo una causa o intereses legítimos. De esta manera puede suceder que grupos organizados defendiendo sus propios objetivos se conviertan en “tontos útiles” de otros, sin siquiera saberlo, en la medida que concurran en parte con sus objetivos).

Estos tontos útiles quedaron tan anquilosados en sus brutalidades del 2006 que hoy andan con el mismo esquema, es decir, la violencia callejera llevada al extremo como medida de provocación. Quieren inducir la intervención de la Policía para provocar ellos mismos -de ser posible- un muerto y luego llamarse víctimas. Una sobada estrategia que usaron mucho en el 2006. A eso se debe el pánico que manifiesta el presidente municipal al esconder a sus policías. En lo que no reparó el “etil” Oswaldo García es en el mensaje que deja a la ciudadanía: que en Oaxaca de Juárez no hay autoridad.

De eso se aprovecharon los vándalos que dieron rienda suelta a una más de sus jornadas violentas con bloqueo de calles, secuestro de camiones. El pretexto fue “la represión” de estudiantes de la Normal rural de Mactumactzá, de Chiapas.

Lapidaron gasolineras, casas, bancos, agencias automotrices, restaurantes. Robaron dinero y diversos objetos. Nuevamente se atrevieron a agredir a los reporteros que los sorprendieron cometiendo sus desmanes. Como siempre, los viejos maestros, aplaudirán y defenderán los excesos de sus nuevas generaciones.